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Página:Morrison de Parker Padrino de Cecilia.djvu/91

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DE CECILIA 89

Todo lo que he sufrido, todo lo que tendré que sufrir aún, nada es: lo acepto gustosa; pero concédeme la vida de este ángel do- rado! -

Eduardo trataba de calmarla.

— Cecilia vivirá, el médico lo ha dicho. Se razonable, Margarita y oye: yo le diré á tío que la niña está un poco enferma y que, no bien se mejore, irás á la ciudad.

—Sí, eso es lo mejor... ¡gracias Eduardo!

Y perdóname si aun no te las he dado por haber salvado á mi Cecilia de la muerte; pero estoy medio loca. No sé lo que me pasa.

— Nada tienes que agradecerme, Margarita ; por el contrario, razón te ha sobrado para culparme de lo que sucede; pero... — conti- nuó con voz trémula—no me aborrezcas porque, á ser posible, yo daría gustoso en estos momentos, mi vida por la de tu hija...

— «¿No te digo que no hagas caso de mis

palabras?... - Y ahora, vete Eduardo, te lo ruego. Pedro puede saber que has pasado aquí mucho tiempo y hará suposiciones injustas, que es necesario evitar.

—El mismo me pidió que viniera á avi- sarte lo que pasaba. ..

—No importa; vete y hazme el favor de avisar á mi familia la triste situación en que me encuentro.