CARTA XIX
Sin enfadarme, querido marqués, os oigo asegurar que amáis y jurar por todo lo más sagrado para los amantes que jamás dejaréis de amar. ¿Creeréis mis profecías una vez siquiera? Os tratarían mejor si fuereis razonable y os limitaseis á los sentimientos de la simple amistad. El nombre de amante que adoptáis asusta á la condesa. No disputéis por los nombres con tal de que la cosa sea la misma en el [ondo y seguid el consejo que M. de La Sabliére os da en este madrigal : :
Belisa no quiere amante Sólo quiere un amigo flel Que la atienda, que la ame, que la mime Que la encuentre hasta bella. Amantes que suspiráis por ella
Os doy mi palabra de honor, De que sólo el nombre odia del amor.
Os desesperan las dudas injuriosas acerca de vuestra sinceridad y de vuestra constancia. No quiere creeros, porque todos los hombres son falsos y perjuros; rehusa amaros, porque todos los hombres son incons- tantes. Soy feliz y la condesa conoce muy mal su propio corazón, si cree persuadiros de su indiferencia
