Página:Ninon Lenclos Cartas.djvu/156

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

144 CARTAS DE NINÓN DE LENCLÓS

continuamente encontrar ocasión de humillar á las demás mujeres, querríamos hacerlas testigos de todas las preferencias que conseguimos y de todos los home- najes que nos rinden. No os podéis figurar en estos casos la medida de nuestra satisfacción. La desola- ción de las rivales, las indiscreciones que traicionan los sentimientos que inspiramos, nos encantan en razón directa de su desesperación. Semejantes im- prudencias nos persuaden mucho mejor de que se nos ama que una circunspección incapaz de dar reputación á nuestros encantos.

Pero ¡ »ánta amargura envenena placeres tan dulces ! Al lado de esas alegrías marcha la malignidad de Jas competidoras y tal vez vuestros desprecios. ¡Qué fatalidad tan fastidiosa! En el mundo no se aprecia la diferencia que existe entre las mujeres que os permiten amarlas y las que recompensan vuestro amor. Sola y á sangre fría una mujer razonable pre- ferirá siempre la buena reputación á la celebridad. Ponedla frente á rivales que puedan disputarla el premio de belleza y aunque pierda la reputación de -que se mostraba tan cuidadosa y aunque tengáis que comprometerla mil veces, nada para ella será igual, al placur de verse preferida. Después os recompensará por las preferencias; creerá al principio que no las concede más que al reconocimiento; pero sus prefe- rencias, además del pago de las vuestras, serán las pruebas de su interés por vos. Se teme parecer in- grata y se llega á ser tierna. No son vuestras indiscre- ciones lo que nos disgusta. Si parecemos ofendidas es que pagamos tributo á las conven'encias, y vosotros seríais los primeros en vituperar una excesiva indul- -gencia. No enfadarnos en esas ocasiones; sería ofen dernos. Os recomendamos la discreción y la pru-