16 MEMORIAS SOBRE LA VIDA
el papel de Coridón á la edad de setenta años.
Ya niuellemente tendido sobre alfombra de ver- dura escuchaba los sones encantadores que su pas- tora arrancaba al arpa, mientras los pájaros enter- necidos como él por la viva expresión de esta ar- monía, se escapaban de su jaula é iban á acariciar con sus alas el arpa de la Dupuis, y luego, más em- briagados, á expirar en su seno. Esta pequeña ga- lantería á que se les tenía amaestrados, era para el pastor filósofo un espectáculo delicioso que llenaba su corazón de la más dulce embriaguez. Imaginábase conducir con ella sus rebaños confundidos; sus con- versaciones no eran, por decirlo asf, más que tiernas églogas : el atractivo del placer que en ellas encon- traban les había familiarizado con las expresiones y las ideas. .
Cual fué la sorpresa de Ninón cuando encontró al buen hombre (1) bajo el disfraz original de pastor con una cachiporra en la mano, la zamarra al lado y el sombrero de paja en la cabeza (2). En un prin- cipio se figuró que las penas le habrían alterado la razón y el enternecimiento iba apoderarse de su corazón cuando Desyvetaux disipó su sospecha con la manera que tuvo de hablarle de su metamorfosis. Hay gustos y placeres que se justifican ante una
(1) Era el nombre que le daba siempre.
(2) Famoso personaje — Que no conoció más leyes que las del buen sentido. — Desyvetaux en nuestro tiempo — Pensó de una manera más elevada y sabia — Y hasta el fin de sua días — Llevó constantemente zurrón y cayado, — Y en los brazos de sus amores — Expiró dulcemente al son de la gaita. — Con dulces acordes — Para descender mejor á la mansión de los muertos — Supo hacerse cómodo el camino : — Y sen- sible á los placeres en su último suspiro, — Hizo de un momento horroroso un momento de placer — Que le llevó al Elíseo.
CHAULIEU, Carla al abale Courtin.
