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ZADIG,

El Griego, que se vía celebrado, dixo que Zadig habia comprendido perfectamente su idea. Con que todos estais conformes, repuso Zadig, y no hay motivo de contienda. Abrazóle todo el mundo; y Setoc, despues de haber vendido muy caros sus géneros, se volvió con su amigo Zadig á su tribu. Así que llegó, supo Zadig que se le habia formado causa en su ausencia, y que le iban á quemar vivo.

Capitulo XIII.
Las citas.

Miéntras este viage á Basora, concertáron los sacerdotes de las estrellas el castigo de Zadig. Pertenecíanles por derecho divino las piedras preciosas y demas joyas de las viudas mozas que morian en la hoguera; y lo ménos que podian hacer con Zadig era quemarle por el flaco servicio que les habia hecho. Acusáronle por tanto de que llevaba opiniones erróneas acerca del exército celestial, y declaráron con juramento solemne que le habian oido decir que las estrellas no se ponian en la mar. Estremeciéronse los jueces de tan horrenda blasfemia; poco faltó para que rasgaran sus vestiduras al oir palabras tan impías, y las hubieran rasgado sin duda, si hubiera tenido Zadig con que pagarlas; mas se moderáron en la violencia de su dolor, y se ciñéron á condenar al reo á ser quemado vivo. Desesperado Setoc usó todo su crédito para