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LOS CRÍMENES DE LA CALLE MORGUE
aliviará su conciencia. Estoy satisfecho con haberlo derrotado en su propio terreno. Sin embargo, que no haya podido dar solución á este misterio, no quiere decir que él sea tan sorprendente como lo supone; pues, á la verdad, nuestro amigo el Prefecto, es demasiado ingenioso para ser profundo. Su saber no tiene base. Es todo cabeza y no tiene cuerpo, como los cuadros de la Diosa Laverna — ó mejor, todo cabeza y paletas como un bacalao. Pero es un buen hombre á pesar de todo. Lo aprecio especialmente por un golpe maestro de mogigatería, merced al que ha alcanzado su reputación de ingeniosidad. Quiero hablar de su costumbre de « negar lo que es y explicar lo que no es[1].»
- ↑ J.-J. Rousseau, la Nouvelle Héloise. E.-A. Poe.