ARGUMENTO.
El nombre de Protágoras puesto á la cabeza de este diálogo; la solemnidad de una especie de presentacion oficial del jóven Hipócrates al célebre sofista, hecha delante de testigos por Sócrates; lo escogido de los personajes que deben asistir á la discusion que se va á suscitar, Antimæros de Mendo, Hipias de Elea, Prodico de Ceos, amigos de Protágoras; Palaros, Jantipo, Agaton, sus discípulos; esta reunion imponente de sofistas, de jóvenes y de extranjeros, que concurren como á un espectáculo, constituyen un conjunto de detalles característicos, que descubren el pensamiento intimo de Platon en esta composicion à la vez divertida y severa, irónica y profunda; deleitar é ilustrar todo á la vez, poniendo en accion, por medio de la crítica, las costumbres y el espíritu de los sofistas. Este es uno de esos cuadros, aunque más en grande, que Sócrates acostumbraba á presentar en sus polémicas diarias á vista del público, para llevar a cabo su reforma, y en las que empleaba con arte la ironía y el buen sentido para desacreditar la escuela sofistica, entregando al ridículo y, por último, condenando al silencio á sus más famosos jefes.
Era preciso dar representacion á estas escenas de comedia, en las que Protágoras desempeña el papel de corifeo de los sofistas, mientras que Sócrates se complace en tomar, tan pronto el papel de un farsante burlon, tan pronto el de un espectador descontento y despiadado, y de aquí el objeto de la discusion producido naturalmente por la