Página:Obras completas del doctor D. Manuel Milá y Fontanals - III (1890).djvu/40

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el brazo de su hijo ó de alguno de sus buenos oficiales, que le querían como padre, y aun después de su jubilación bajaba de vez en cuando á contemplar de nuevo el rico depósito que sus manos habían ordenado y su buen juicio utilizaba aún en beneficio de la historia patria. Compartíase su tiempo entre la oración y el trabajo, y no puede decirse que el último terminó en un dia señalado, sino que fué extinguiéndose paulatinamente á medida que se amortiguaba la luz de sus facultades.

Viéndose imposibilitado de asistir con regularidad á la oficina en 30 de Septiembre de 1849, solicitó la jubilación y el nombramiento de su hijo para la vacante, y la Reina volvió á acceder á sus descos en 26 de Noviembre inmediato, si bien conservándole el cargo de Cronista de Aragón y Director de la Colección de documentos inéditos del archivo, y el último dia del mismo año tuvo la satisfacción de entregar á su hijo las llaves de aquel rico depósito que había custodiado por espacio de 35 años, recordándole en aquel acto el siguiente verso: Tu longe sequere et vestigia semper adora; en lo cual no se ha de ver una jactancia bien impropia por cierto de su carácter, sino una amistosa recomendación al que le sucedía: recomendación de seguir las huellas de su antecesor que le hizo también la Reina en una inmediata Real orden, en contestación al parte detallado de los trabajos hechos en el establecimiento remitido por el venerable archivero al dejar su cargo. El 1.º de Diciembre de 1853 pudo también asistir, apoyado en el brazo de su hijo, á la solemne inauguración y apertura del nuevo local del archivo, que, según sus antiguos y vivos deseos, fué el que había sido palacio de los Virreyes de Cataluña.