Página:Obras de Aristóteles - Tomo X.djvu/13

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INTRODUCCION.[1]



Aparte y por cima de los datos de los sentidos y de la conciencia, hay todo un mundo que jamás conocerá el hombre perfectamente; pero en cuyo seno, sin embargo, le es dado penetrar. La experiencia nos da á conocer cualidades, fenómenos y cambios de todos géneros; pero todo esto es contingente, variable y accidental, y tales conocimientos no pueden constituir una ciencia verdadera. ¿Y es posible que en la naturaleza no haya más que cualidades, movimientos, sin base y sin principio? La razon no puede admitirlo, porque la razon nos precisa á referir necesariamente estas cualidades á un sér, ó á lo que se llama una sustancia. La razon atribuye el movimiento á una causa, y en medio de todos los cambios y del flujo perpetuo de la naturaleza, descubre principios inmutables y necesarios.

¿Pero cuál es esta sustancia que concibe la razon? ¿Es espiritual ó material? ¿Cuáles son sus atributos? ¿En qué concepto se la puede considerar como principio? ¿No hay en el mundo más que una sola sustancia, un solo sér? y por otra parte, ¿la causa de toda produccion y de toda destruccion es una ó múltiple, es inherente á cada sér, ó es independiente de él? ¿no hay más que un solo motor? ¿cuál es el fin del movimiento que comunica á los séres, y qué relaciones unen al mundo con este motor único y eterno, si existe realmente? Tales son las principales cuestiones que plantea Aristóteles, y cuya solucion da sucesivamente. La tarea es inmensa y dificil; y Aristóteles, que no lo ignora, no aspira ni siquiera á resolver completamente todos los problemas que suscita la cuestion de los principios, porque, en su opinion, esto equivaldría á querer penetrar en la esencia divina, en Dios mismo.

Pero el hombre, sin pretender descubrir todos los secretos del universo, como aquél que tiene en su mano las leyes y los movimientos, y que, principio y fin de todas las cosas, sabe el principio, el fin y la extension de


  1. Como en otro lugar dijimos ya, esta introduccion es parte de la que precede á la traduccion de la Metafísica hecha por M. M. Pierron y Zévort, de quienes tomamos tambien las notas.