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sentido comun, que es la expresion, por lo general exacta, aunque vaga, de la verdad; y Aristóteles, léjos de rechazar sus luces, por lo contrario las invoca, porque lo que principalmente desea es la ciencia, y la busca donde quiera que espera encontrar alguna parte de ella; él pide á la lengua y al pensamiento vulgar la definicion de la filosofia; encuentra la verdad hasta en los versos de los poetas y hasta en los proverbios populares; y descorriendo el velo espeso que la cubre, la hace entrar en el dominio de la ciencia.

Sobre los poemas y los proverbios, expresion espontánea del pensamiento humano, se encuentran las meditaciones de los filósofos. La filosofia no nació la víspera de la época de Aristóteles; muchos hombres habían consagrado ya su tiempo al estudio de las grandes cuestiones de la naturaleza, habian trabajado en la ciencia y preparado sus progresos. Aristóteles no podía resignarse á creer que tantos sistemas sólo hayan sido productos estériles de la imaginacion, sino que espera encontrar en ellos la verdad, ó por lo menos, una parte de la verdad; y en su virtud pone manos á la obra, los analiza, los retuerce en todos sentidos, para arrancarles esta verdad tan deseada. Ecléctico, en la buena acepcion de la palabra, no juzga que verdad pueda ser el resultado de los esfuerzos de un solo hombre, pero tampoco cree, como ya hemos dicho, que ella se oculte por completo.

El método de Aristóteles, segun se ve, es el mismo de la escuela moderna. La gloria de ésta consiste, no en haberlo inventado, pues que los genios más grandes yerran cuando quieren inventar, sino en haberle dado á conocer, y en haber presentado la teoría del mismo. Aristóteles ha practicado este método con sagacidad, con rectitud de miras, y en general, con una imparcialidad admirable. Compara las opiniones más opuestas, muestra sus relaciones, las completa, las desenvuelve las unas por medio de las otras; opone la escuela de Eléa á Pitágoras, Pitágoras á Platon, descubre el elemento de verdad que se encuentra en cada uno de ellos, y juzgando la doctrina bajo un punto de vista más elevado, y dominándola desde lo alto de su propio sistema, rechaza todo lo que es exclusivo, y sólo atiende á lo verdadero. Reconocido, como dice él mismo, á los que le han abierto el camino, y fortaleciendo su sistema con su asentimiento, sabe prescindir de ellos, y derribarlos cuando le estorban. No forma la ciencia con retazos tomados de aquí y de allá, sino que tiene un sistema fijo; á los materiales que él mismo ha preparado une algunos restos de los monumentos antiguos, y forma con ello un todo durable y permanente, que pueda resistir el empuje de los siglos. Exactitud de apreciacion, elevacion de miras, respeto al talento, aun cuando sus esfuerzos sean vanos, nada falta en este exámen de los sistemas antiguos; siendo esta parte de la obra, sin duda alguna, uno de los más bellos trozos históricos que nos ha legado la antigüedad.

El método de Aristóteles, por consiguiente, es experimental, y á nuestros ojos éste es el gran fundamento de su gloria. No participamos en este punto de las preocupaciones de la Alemania filosófica, que echa en cara, casi