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poema plagado de episodios, dice Aristóteles; no es una mala tragedia, dice tambien, y por esto entiende una tragedia sin unidad. Sucede con el bien en el mundo, segun Aristóteles, lo que con el bien en un ejército; lo constituyen á la vez el órden en el ejército y el general que lo manda. Y así el bien se halla por todas partes en el universo, y en él reinan la unidad, el plan regular y la eterna armonía. Dios es él mismo, es el pensamiento que se piensa por toda la eternidad en el seno de la felicidad suprema; pero es tambien el bien que se realiza sin cesar y sin fin en el universo; el órden universal es Dios.

Esta gran concepcion de un Dios, que es la potencia motriz, que es el bien del mundo y su fin, de un Dios que tiene conciencia de sí mismo, puesto que se piensa á sí mismo, y que es el pensamiento del pensamiento; esta organizacion de todas las cosas y esta progresion continua de las existencias, desde la materia, es decir, la simple posibilidad, la indeterminacion absoluta y casi el no-ser, hasta la absoluta realidad, hasta el sér que es, esta concepcion satisface completamente á la idea que nos formamos de Dios y de sus relaciones con el mundo?

El Dios de Aristóteles no tiene la omnisciencia, puesto que sólo se conoce á sí mismo, y que conocer otra cosa, sería para él, segun Aristóteles, desmerecer; no tiene la omnipotencia, porque la materia es de toda eternidad, los astros son eternos como la materia, y todo es eterno en el mundo y persiste en medio de eternas vicisitudes; y Dios, segun Aristóteles, no puede mudar nada de todo lo que existe; ménos aún es creador, como que la idea de la creacion, propiamente dicha, no pertenece á la filosofia antigua. Se ha sostenido que este Dios era Providencia, y tambien se ha negado que estuviera dotado de este sagrado carácter. En este punto todo depende de la inteligencia que deba darse á las palabras. La Providencia, segun la acepcion generalmente admitida y en el sentido propio de la palabra, esto es, el conocimiento de las necesidades de los séres inferiores y la atencion perpetua á los cuidados que reclama su conservacion, supone un Dios creador, omnipotente, sabedor de todas las cosas; omnisciente para que pueda prever; omnipotente para que obre segun su voluntad; creador para que no haya nada que limite su poder. Todo lo que dice Aristóteles sobre la naturaleza del Sér supremo, está en contradiccion manifiesta con esta idea.

El Dios, verdaderamente providencial, es un Dios que trabaja, es un obrero activo ocupado incesantemente en la reparacion y en la perfeccion de su obra; miéntras que el Dios de Aristóteles, si tiene los ojos sin cesar abiertos y jamás se duerme, (¿á dónde iría á parar sin esto, dice Aristóteles, su excelencia y su dignidad?) sobre sí mismo y sobre sí únicamente recae su eterna contemplacion. La ciencia de Dios no es más que una conciencia; y bajo este punto de vista, en tanto que sér que sabe, Dios no es ni puede ser para Aristóteles más que el pensamiento del pensamiento.


Metafísica.
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