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— Apéndice. —
Ya tenemos á un cabo los cuartetos;
¿Qué me decís, Señora? No ando bravo?
Mas sabe Dios si temo los tercetos.
Y si con bien este soneto acabo,
Nunca en toda mi vida más sonetos:
Ya deste, gloria á Dios, he visto el cabo.
IV.*
Excelso monte de el romano estrago
Eterna mostrará vuestra memoria,
Soberbios edificios de la gloria
Aún permanece de la gran Cartago;
Playa desierta, que apacible lago
Fuiste, lleno de triunfos y victoria,
Despedazados mármoles, historia
En que se ve cuál es del mundo el pago;
Arcos, anfiteatros, baños, templo,
Que ya en un tiempo fuistes celebrados,
Y agora apénas vemos las señales; [plo:
Gran consuelo á mi mal es vuestro ejem-
Que pues del tiempo fuisteis derribados,
El tiempo derribar podrá mis males.