Página:Odas seculares.djvu/110

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
109
ODAS SECULARES

La plácida belleza de la hora.
Huele el sauzal endeble á barniz nuevo,
Rubio de luz escuálida y notoria.
Muy lejos, en la punta de algún árbol,
Una urraca saluda con la cola.
Y mientras nos contaba todo aquello,
El buen padre jovial nos daba escolta.
Montando por delante al más chiquillo
Que pedía galope, á rienda corta
El andar de la bestia mantenía
Paralelo á la senda donde toda
La familia marchaba de regreso
Al mísmo paso y en la misma forma.
Sólo el perro, á la vera del estribo,
Iba anhelando cabizbajo ahora.


Así en profunda intimidad de infancia,
El día de la patria en mi memoria,
Vive á aquella dulzura incorporado
Como el perfume á la hez de la redoma.
¡Feliz quien como yo ha bebido patria,
En la miel de su selva y de su roca!