Página:Orgullo y prejuicio - Tomo II (1924).pdf/128

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
126
 

seguidos. Mi madre se puso mala al punto, ¡y toda la casa en tal confusión...!

—¡Oh Juana! —exclamó Isabel—. ¿Hubo algún criado en toda ella que no supiese la historia entera antes de acabar el día?

—No lo sé; creo que no. Pero ser circunspecto en aquella ocasión era muy difícil. Mi madre estaba con ataques histéricos, y tratando yo de prestarle toda la asistencia posible, temo no haber hecho tanto como era debido. Mas el horror de lo que podía haber sucedido me privó casi de mis facultades.

—Tus cuidados para con ella han sido excesivos para ti; no tienes buen semblante. ¡Ojalá hubiera estado yo contigo! De esa suerte habrías guardado para ti sola todos tus cuidados y ansiedades.

—María y Catalina han estado muy cariñosas, y estoy persuadida de que habrían participado de todas las fatigas; pero no lo creí conveniente para ninguna de las dos; María estudia tanto, que sus horas de reposo no deben ser interrumpidas. Mi tía Philips vino a Longbourn el martes, después de marcharse mi padre, y tuvo la bondad de permanecer conmigo hasta el jueves. Fué de gran ayuda y comodidad para todas nosotras. Y lady Lucas ha sido muy amable: vino el viernes por la mañana para compadecernos y ofrecernos sus servicios o los de alguna de sus hijas si hubieran servido de alivio para nosotras.

—Mejor habría sido que se quedase en casa—ex-