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clamó Isabel—; acaso sus intenciones fueran buenas; pero en desgracias como ésta se debe ver muy poco a los vecinos. La asistencia es imposible; la compasión, intolerable. Que triunfen a distancia y estén satisfechos.

Comenzó entonces a interrogar sobre las medidas proyectadas por su padre para cuando se viese en la capital con objeto de recobrar a su hija.

—Creo que piensa—contestó Juana—ir a Epson, sitio donde ellos cambiaron últimamente de caballos; ver a los postillones y tentar si se puede sacar algo de los mismos. Su principal mira ha de ser descubrir el número del coche que los sacó de Clapham. Había llegado de Londres con un ajuste; y como opina mi padre que la circunstancia de que un caballero y una señora se muden de coche puede ser advertida, intenta hacer averiguaciones en Clapham. Por si le era dado descubrir de algún modo en qué casa había dejado antes el cochero a su gente, determinó hacer pesquisas allí, esperando no serle difícil dar con la posada y con el número del coche. No sé que haya formado ningún otro plan; pero tenía tal prisa por ir y su ánimo estaba tan descompuesto, que hallé dificultad hasta para averiguar lo dicho.


CAPITULO XLVIII

Todos esperaban carta del señor Bennet a la mañana siguiente; mas llegó el correo sin traer ni una