Página:Orgullo y prejuicio - Tomo II (1924).pdf/13

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
11
 

convencerle de que se había engañado no fué cosa fácil; persuadirle de no volver al condado una vez convencido de aquello fué obra de un instante. No puedo censurarme por haber hecho todo eso. No hay sino una parte de mi conducta en la totalidad del asunto en que no pienso con satisfacción: consiste en que accedí a adoptar medidas tales que ocultaran a Bingley la presencia de su hermana de usted en la capital. Conocíala yo, como la conocía la señorita de Bingley; pero el hermano de ésta aun lo ignora. Es quizá probable que se hubieran encontrado sin malas consecuencias; mas su afecto no me parecía extinguido lo suficiente para que la viese sin peligro. Acaso esa ocultación fuera indigna de mí, pero la tuve por lo mejor. En ese asunto no tengo más que decir ni otra excusa que ofrecer. Si he herido los sentimientos de su hermana de usted ha sido involuntariamente, y aunque los motivos que me guiaron es natural que puedan parecer a usted insuficientes, aun no he podido condenarlos.

»Con respecto a la otra acusación, de más peso, de haber perjudicado al señor Wickham, sólo la puedo refutar presentando ante usted la totalidad de su relación con mi familia. Ignoro de qué me ha acusado él en particular; pero de la verdad de cuanto voy a contar a usted puedo citar más de un testigo de incontrastable veracidad.

»El señor Wickham es hijo de un hombre respetabilísimo que tuvo encomendada durante muchos años la administración de todos los estados de