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―Perfectamente, gracias.

Conoció que no iba a recibir otra contestación, y tras un breve silencio añadió ella:

―Creo haber sabido que el señor Bingley no abrigaba grandes propósitos de volver a Netherfield.

―Nunca le he oído eso; pero es probable que pueda disponer él de poco tiempo en adelante. Tiene muchos amigos, y está en una época de la vida en que los amigos y las compañías aumentan de continuo.

―Si proyecta estar poco en Netherfield sería mejor para la vecindad que lo abandonase por entero, porque entonces sería probable que se instalase allí fija otra familia. Mas quizá el señor Bingley no tenga la casa tanto por conveniencia de la vecindad como por la propia suya, y habremos de esperar que siga con ella o la deje según esa norma.

―No me sorprendería ―añadió Darcy― que se desprendiera de ella en cuanto se ofreciese una oportunidad aceptable.

Isabel no contestó. Temía hablar más del amigo de su interlocutor, y como no tenía otra cosa que decir, determinó dejar ahora a él el cuidado de buscar tema.

Comprendiólo él, y pronto comenzó así:

―Esta casa parece muy confortable. Creo que lady Catalina la ha mejorado mucho al venir el señor Collins por primera vez a Hunsford.

―Creo que sí; y estoy muy segura de que no podría haber mostrado su bondad en nada mejor.