458 ORIGEN DE LAS ESPECIES do ninguna manera so siguo de aquí que, porque en una isla casi todas las ospecios de una clase sean poculiares, lo soan tambien las de otra claso, ó las de otra parte de la misma clase, y esta diferencia paroce dopender, en parte do que las es- pecios quo no son modificadas han inmigrado formando cuerpo, do suerte que sus relaciones mutuas no han sido muy portur- badas, y en parte do la llegada frocuente do emigrantes no mo- dificados do la madre patria, con los cuales se han cruzado las formas insulares. Debe tenerse presente que la descendencia de ostos cruzamientos tendria ciertamente que ganar en vigor do tal modo, que áun un cruzamiento accidental produciria más efecto de lo que hubiera podido predecirse. Presentaró algunos ejemplos de las observaciones que preceden: en las is. las de los Galápagos hay 26 pájaros de tierra, de los cuales son peculiares 21, o acaso 23, mientras que de los 11 pájaros ma- rinos solamento dos son peculiares, y es cosa óbvia que las aves marinas podrian llegar á estas islas mucho más fácil y frecuentemento que los pájaros de tierra. Las Bermudas, por otra parte, que están situadas próximamente á la misma dis- tancia de la América del Norte que las islas de los Galápagos de la América del Sur, y cuyo suelo es muy peculiar, no tionen un solo pájaro terrestre endémico, y por la admirable descrip- cion do las Bermudas hecha por Mr. J. M. Jones sabemos quo muchísimas aves de la América del Norte visitan esta isla de vez en cuando, y hasta con alguna frecuencia. Casi todos los años llevan los vientos á la isla de Madera muchos pájaros cu- ropeos y africanos, segun informes que me ha dado Mr. E. V. Ilarcourt; esta isla está habitada por 99 clases, de las cuales una sola es poculiar, aunque muy íntimamente relacionada con una forma curopea, y tres o cuatro especies más están limitadas á esta isla y á las Canarias. De modo que las islas de Bermuda y Madera han sido pobladas de pájaros de los continentes veci- nos, los cuales han luchado alli mutuamente durante mucho tiempo, y han llegado á coadaptarso. Por esta razon, una vez establecida on sus nuevas moradas, cada clase habrá sido con- servada por las otras en su lugar y hábitos propios, y por con- siguiente, apenas habrá sido susceptible de modificaciones. Cualquier tendencia á modificarse habrá encontrado tambien un obstáculo on el cruzamiento con los emigrantes no modifi- cados llegados á menudo de la madre patria. Tambien Madera