Página:Our Sister Republic - Mexico.djvu/101

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
CAPÍTULO IV.


DE ZAPOTLÁN A GUADALAJARA.


E

STABAMOS bajo una nube, por así decirlo, en Zapotlán, A donde llegamos algo inesperadamente, antes de la hora que había estimado la población, y la recepción al Sr. Seward, aunque hospitalaria, no tuvo la calidez y entusiasmo que vimos en otros lugares en nuestro viaje. Nos fuimos de Zapotlán el 17 de octubre, por lo tanto, con ningún sentimiento de remordimiento, incluso a pesar del hecho, que de prolongar nuestra estancia unos días, podríamos haber "asistido" a las corridas, que deberían durar toda una semana, y para lo cual se erigió un gran anfiteatro y hacían extensas preparaciones. Las corridas serían seguidas por peleas de gallo, a gran escala. Es un poco singular que las personas de las ciudades donde se celebran las fiestas de los Santos con mayor furor, se deleitan principalmente con la cruel y desmoralizante diversión de toros y pelea de gallos, pero sin embargo es cierto. Zapotlán es un buen ejemplo de la convivencia de brutalidad y piedad. Zacatecas y varios otros Estados han abolido las corridas por sanción legislativa, pero en Jalisco son todavía diversión popular.

Al avanzar al interior seguimos ascendiendo las faldas de la Sierre Madre, hasta llegar a un punto veinte millas al noreste de Za-