Este trabajo incorpora las observaciones del autor de México y su gente, hecho mientras viajaba como uno del grupo del Honorable Wm. H. Seward, en 1869-70.
A través de la amable parcialidad del Sr. Seward y la liberalidad del Gobierno y los ciudadanos de México, el autor sin duda disfrutó de muchas facilidades para ver el país y sus habitantes, que ningún otro viajero ha tenido durante muchos años.
He tratado de dar una descripción imparcial de lo que vi y oí en esa tierra de maravilla y romance, evitando las luces y las sombras de la imagen.
He estado familiarizado con el pueblo de México, una parte de su país y gran parte de su historia, durante muchos años; he simpatizado con ellos en su noble lucha contra la invasión y el infame intento de gobernantes europeos para subvertir libertad, Gobierno y las instituciones despóticas en tierra Americana; contra el partido conservador supersticioso e intolerante, que se opuso firmemente a la educación de las masas y todo progreso; contra la esclavitud y los restos de instituciones monárquicas dictadas a ellos como parte de la maldición de la antigua España y estaba dispuesta a hacer consideraciones de muchos errores y atajos, en vista de los obstáculos que impiden el progreso del país y las pruebas a través de las cuales la nación deberá pasar.
El viaje fue en muchos aspectos el más notable registrado. Ningún ciudadano privado—cualquiera que hubiera sido su antigua ocupación en la vida—nunca recibió una ovación como la que el Sr. Seward recibió por el pueblo y el Gobierno de México. Desde el Pacífico al Atlántico,—sobre un viaje de unas mil doscientas millas,—fue una gran marcha triunfal, y todas las clases y partidos se sumaron a la manifestación.
