La cruel y completamente desmoralizante diversión de los Toros, una vez el deporte nacional de México, ha sido prohibido en la capital y varios Estados, pero aún se mantiene en Guadalajara. Decididos a ver todo lo que había de ser visto de los modales y costumbres de las personas en este apartado rincón del mundo, naturalmente preguntamos por las corridas, y fuimos gratificados.(?) El sábado, nos enviaron a casa un largo comunicado, magníficamente impreso en oro, sobre satén azul con un borde de encaje. Como curiosidad, y recuerdo de una costumbre ahora, gracias al cielo, pasando rápido, he traducido el comunicado tan literalmente como es posible:
La compañía ha preparado para esta tarde un espectáculo selecto y variado, que se desarrollará en el siguiente orden:
1. La de música el Primer Batallón Ligero, sabiamente dirigida por el Prof. Santos Hernandez, comenzará a tocar desde las 3 p. m., los mejores aires de su repertorio.
2. Cinco valientes toros serán combatidos, de la conocida hacienda de Cuisillos, cuatro de los cuales serán a muerte.
3. Después de la de muerte del cuarto Toro, un novillo hará la Novillada de Cola, cuyo ejercicio se realizará por el inteligente y ágil coleador, Francisco Rodríguez.
4. Inmediatamente después se efectuará otra Novillada de Cola, y el novillo será montado por el célebre corredor de toros, Francisco Moya, y otros dos coleadores. Estos ejercicios se harán a máxima velocidad, y el coleador tirará al suelo al Toro y lo montará con rapidez.
5. Habrá otros toros provistos por la empresa si el tiempo lo permite.
Precios.—Un palco con seis sillas, cuatro dólares; asientos en
