Página:Our Sister Republic - Mexico.djvu/165

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
159
ESCENA DE LA DERROTA DE HIDALGO.

en un pequeño pero fértil valle, rodeado de campos de arroz, maíz y caña. Salimos de Zapotlanejo en la mañana del 27 de octubre, para viajar treinta y dos millas a Tepatitlán, un ciudad de cinco a ocho mil personas. En conciencia nuestras carreteras habían sido bastante malas antes, pero se hicieron peor y peor, como avanzábamos, y las lluvias nocturnas se hicieron más pesadas. El viaje este día fue el más difícil que habíamos experimentado.

A nueve millas de Zapotlanejo cruzamos el puente de Calderón, una estructura de piedra, que cruza un profundo pero estrecho arroyo. Fue aquí que el Padre Hidalgo, el Washington de México, con 80 mil hombres, todos indios, armado con arcos y flechas, y algunos cañones de madera que estallaron al primer disparo, atacaron a los españoles, en enero de 1811. Los españoles no eran una décima parte en cantidad, numéricamente, pero estaban bien armados, y todo el desesperado valor y entusiasmo de los indios fue para nada. Los pobres tipos corrían hasta los cañones españoles y ponían sus sombreros para taparlos y evitar su disparo. Sabían tan poco del uso de artillería y potencia. Fueron segados por miles, y rompieron y huyeron por fin en absoluta derrota, dejando a Hidalgo para irse camino a Chihuahua, donde fue traicionado a las manos sus enemigos, enviado a Guanajuato, juzgado, condenado y ejecutado.

El suelo en esta zona es una tierra roja oscura, que se asemeja a la del cinturón de oro de la Sierra Nevada y es tenaz al último grado cuando está mojado por las lluvias, y hecho material de ladrillo por las ruedas de los vehículos. Pasamos durante este día, por un pequeño pueblo pobre en el que el carnicero Rojas capturó a ochenta hombres—todos la población masculina aptos de la ve-