tropiezo, o los soldados llegaran quince minutos más tarde—bueno, no proseguiré más con el tema, ya que no es rentable; pero si no nos escapamos por poco de caer en las manos del altamente entonado grupo de caballeros que nos estaban esperando en ese campo de maíz, soy un pecador. Siempre estoy agradecido por hospitalidades, pero en este caso, estoy más que dispuesto a dar crédito por las buenas intenciones, a pesar de haber actuado. Cuando vi al bandido volando y las tropas en persecución desaparecer, yo, por primera vez, aprecié la fuerza de la cita:
Todo el día tuvimos a la vista las montañas sin árboles, en cuya cumbre, se sitúan las famosas minas de La Luz, que ocupan una posición no muy diferente de la de aquellos en la cima de la Colina del Tesoro de, en la Ciudad Tesoro, en el distrito de Pino Blanco, Nevada. Pudimos ver grandes montones de cuarzo, probablemente minerales de bajo grado, sobre la ladera de la montaña. Estos minerales, cientos de miles de toneladas en cantidad, ahora no pueden ser trabajados con ventaja, debido a los fuertes impuestos en lingotes, y al costo de beneficiarlo; pero con el tiempo darán una gran cantidad de tesoro en circunstancias más favorables. Las montañas en las que las minas de plata de Guanajuato se encuentran, se asemejan a aquellas en que se encuentra el famoso Comstock Lead de Nevada, y la situación de la Ciudad de Guanajuato no es diferente a la de la ciudad de Virginia, y Cerro de Oro, con una elevación no menor de cinco o seis mil pies, aparentemente, por encima del nivel del mar.
En nuestro camino hacia Silao, y cuando todavía a algunas millas de la ciudad, vimos a un grupo de obreros de algunas de las pequeñas aldeas que salpican el campo alrededor,
