de la ladera de la montaña; y desde los reservorios así creados, se suministra a la gente de toda la ciudad, y molinos abajo. Al comienzo de la temporada de lluvias, en junio, se abren las compuertas, y las aguas acumuladas que se han ido almacenando durante un año, se les permite correr en un río, que surge a través del cañón, y lavados todo limpio, antes si; los embalses son entonces limpiados y reparados.
Aquí por primera vez en México, extrañamos a las mujeres en las fuentes de la plaza y los transportistas cargando de agua en burro, y sacamos agua fresca de los hidrantes.
El señor Rocha tiene una concesión para suministrar la Ciudad con agua durante veinte años, y será capaz de amortizar su enorme gasto. Él también ha construido paseos de terrazas y bancas alrededor de los embalses, y así ha proveído a Guanajuato con uno de los grandes requisitos de una ciudad mexicana, un lugar público social de entretenimiento para su pobla-
