Al año siguiente, cuando Hidalgo, derrotado en el puente de Calderón, huyó a Chihuahua, y fue traicionado,
juzgado, y fusilado, su cabeza y las de sus tres compañeros, fueron traídas aquí, y colocadas en cuatro ganchos que aun se proyectan ahí en las cuatro esquinas del edificio cerca de la azotea; y allí permanecieron hasta 1823, cuando los triunfantes revolucionarios les bajaron, y las enterraron, con los honores debidos a la memoria de los primeros mártires de la libertad mexicana.
Visitando este castillo, solo, lo encontré ocupado como Cárcel o prisión municipal, oficinas de jueces de policía, etc., etc. Las tropas del Estado, toda de sangre India, pero buenos hombres, recios, robustos y bien disciplinados, vigilan esta prisión, y entre los prisioneros había