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CENA CON LA FAMILIA DEL PRESIDENTE.

Este discurso tuvo una revelación de algunos secretos diplomáticos, el principal era, que en ese momento, el Sr. Romero y prominentes hombres militares, estaban tan decididos a lograr una intervención armada, que se unieron, con el objeto de asegurar sacar al Sr. Seward del gabinete, pero fallaron.

El 24 de noviembre, el grupo acompañó Sr. Seward a Chapultepec, a cenar con la familia del Presidente Juárez. Esta cena fue un evento muy suntuoso y elegante. No faltaba nada que dinero pudiera comprar, y buen gusto, y las decoraciones de la gran sala del comedor, salas de recepción, y salones eran hermosas y de buen gusto en todos sus detalles. El Señor "Don Benito,"—como sus amigos gustan llamarlo—y su amable esposa, hicieron los honores de la casa de manera que todos los invitados—cincuenta en número—perfectamente agusto, y fueron asistidos por todos los yernos e hijas, la Srita. Soledad, y Don Benito Juárez, hijo. La cena fue estrictamente privada, y los brindis y sentimientos tal como solo se darían en una reunión familiar de viejos y queridos amigos, no diré nada más sobre ella.

La mesa se extendió en el gran salón en el que la "fiesta de Belsasar"—como se ha denominado aptamente—tuvo lugar, cuando Maximiliano regresó de Orizaba, justo antes de su partida para Querétaro en la fatal expedición fatal que resultó en el colapso de su breve Imperio, y la erección de un pequeño montículo de piedras y tres cruces negras, al pie del Cerro de Las Campanas, como un monumento y una advertencia para aventureros ambiciosos y sin escrúpulos en el futuro; la mesa, también era la misma.

Subimos al techo, y miramos sobre el