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DISCURSO DE ALTAMIRANO.

sociedad evangélica; pero poco después de la llegada de los puritanos a la roca tradicional, un buque de Holanda llegó a tierra en las fronteras de James, y el primer grupo de esclavos aterrizó en los Estados Unidos. A partir de esto, el comercio de esclavos operó con fuerza. Aun Washington no se atrevió a interferir con este tema. Y aquí permítanme decir, en honor a los padres de la independencia de México, que escribieron en sus pancartas en 1810, las palabras "Abolición de la esclavitud."

Pero unos cuantos en los Estados Unidos pensaron, y justamente, que la libertad era deshonrada allí por la esclavitud existente. Entre ellos encontramos al Honorable Wm. H. Seward. No satisfecho con la idea, pusieron en sus hombros la gigantesca tarea lavar la nube oscura que oculta las barras y las estrellas de su noble bandera noble. Tarea gigantesca, digo, que amenazó con aniquilar a quienes la intentaran. John Brown izó la bandera, y marchó al martirio. Entonces dos hombres aparecieron a quienes el poder ofreció una oportunidad de hacer realidad sus deseos.

Abraham Lincoln y Wm. H. Seward compitieron por la Presidencia de la República. El primero fue la elección de la gente, el inmediatamente llamó al Sr. Seward que estuviera con el en su trabajo, y ambos juntos triunfaron sobre sus enemigos.

El Decreto de emancipación fue proclamado el dia veintidós de septiembre de 1862. Todos ustedes saben el resto. La más sangrienta guerra civil que nunca se ha visto, agitó a ese país con todos sus horrores, pero la Divina Providencia—siempre justa—le puso fin, dando la victoria a la causa humanitaria del Norte. El rayo cayó, los cielos se serenaron, los muertos fueron levantados de los campos de batalla, se lavó la sangre, y bajo el esplendor el arco iris aparecieron los esclavos, con sus cadenas rotas en pedazos, y sus frentes iluminadas con el sol de igualdad. La bandera estadounidense ahora vuela ante todo el mundo sin manchas, diciendo a las Naciones del mundo, «la libertad de América se levanta sin reproche.» ¡Tal es el trabajo realizado por estos apóstoles de fraternidad, a quienes incluso la corona del martirio les ha visitado! El venerable William H. Seward es uno de estos após-