boliche, o bailaron en el gran salón hasta la caída de la noche y luego se fueron con pesar, después de uno de los días más bellos jamás experimentados.
La vista de la Ciudad de México y el Valle, el Popocatapetl y "La mujer de blanco", y todos los hermosos alrededores de esta antigua ciudad histórica, disponible desde ambas casas, es sólo superada por Chapultepec, en cualquier sentido, y superior a este en muchos detalles. Visto a través de la suave, calida neblina azul y suave de la luz del sol de invierno de México, el paisaje es hermoso como una visión de la legendaria Acadia, y mirándola solo una vez, uno no puede sino apreciar el cariño que el pueblo de México manifiesta por su país en todas sus calamidades y de desgracias. Es un país para estar orgullosos, de honrar, y amar, y—aunque soy estadounidense—yo debo darles la palma sobre el mío; si yo hubiera nacido allí, viviría y moriría allí, ni desearía cualquier mejor tierra para amar, esperanza y trabajo, y para sufrir por.
