En un pedestal cerca, hay bustos de mármol de Maximiliano y Carlota, sin duda esculpidos en proporciones matemáticas reales, que son tan diferentes de las fotos pintadas como es posible; las facciones de cada uno son mas burdas, y más claramente marcadas y características. México esta lleno con representaciones de Maximiliano, pintado, grabado, esculpido, e impreso, y parecería que casi no había hecho nada más, que sentarse para fotos durante toda su residencia en el país. Su vanidad le indujo a estampar su semejanza en todo objeto concebible a su alcance, y se ve en todas partes.
![](http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/2/2b/Carlotta_p.311.jpg/300px-Carlotta_p.311.jpg)
En un baúl en la misma habitación, hay una variada colección de trajes de corte, que me recuerdan la sala de vestuario en un teatro. Hay capas de encaje bordado de oro y plata y sombreros para los lacayos reales, magníficas hebillas de diamante para los cinturones de los señores de la casa, gorros para los jinetes externos del carro real, espadas de plata y oro montado, botones de oro y plata, para senadores, representantes, funcionarios del gabinete, generales, jueces, y todo otro miembro o funcionario del gobierno imperial. Grandes monogramas dorados del emperador y Emperatriz, sacados de las ventanas y puertas, estaban tirados sobre indecentes estatuas en bronce, unas más indecentes mutiladas en algunos casos, nos mostraron.