Al honor de los belgas empleados por Maximiliano, se debe decir que ellos protestaron muy enfáticamente contra este Decreto y los asesinatos que se cometieron bajo el.
Doscientos belgas, que estaban al momento en manos de las fuerzas liberales en Tacámbaro, firmaron una protesta formal a Maximiliano sobre el tema, y el Coronel Breuer emitió el siguiente manifiesto:
A los representantes de la nación belga:
Señores: La cuestión mexicana con frecuencia ha sido discutida por ustedes, pero el punto principal ha sido la legalidad o ilegalidad de reclutamiento para la Legión belga. Ahora, sin embargo, un evento de gran gravedad nos obliga a llamar su atención hacia ella nuevamente. La vida de doscientos belgas prisioneros está involucrada. Teniendo en cuenta la pregunta hace algún tiempo, la fuerza se tenía únicamente como guardia de honor ofrecida voluntariamente para la protección de una princesa belga. El emperador, haciendo caso omiso de los servicios especiales para los que la Legión estaba destinada y la neutralidad de la nación belga, nos ordenó al campo, y siendo soldados belgas, obedecimos y marchamos al frente alegremente, animados por el amor de la guerra. Aunque hemos logrado triunfos, nosotros también, lamentablemente, sufrimos reveses, y doscientos de nosotros belgas están presos. Sin tomar en consideración nuestra posición, el emperador recientemente emitió un decreto que puede causar terribles resultados. Anuncia a los republicanos que después el 15 de noviembre, todas las personas cogidas con armas en sus manos serán ejecutados. Al comienzo de este mes un coronel imperialista, llamado Mendez—un ex republicano, que se vendió al Imperio—un hombre que odia a los belgas, tomó un gran número de prisioneros del ejército republicano en una pelea, entre ellos dos generales y varios oficiales de alto rango, a quienes ejecutó, sin consideración de derecho militar y sin esperar la expiración del plazo fijado por el Decreto, afirmando después de la ejecución, a las personas que
