"Muero como cristiano y les digo adiós a todos—a ti, a Dolores y toda la familia, como su muy obediente hijo,
"Dona Apolonia Magallanes de Arteaga, Aguas Calientes.
"Adorada madre: Son las 7 de la noche, y el General Arteaga, el Coronel Villa Gomez, con otros tres jefes y yo, recién hemos sido condenados. Mi conciencia está tranquila; Voy a la tumba a los treinta y tres años de edad, sin una mancha sobre mi carrera militar o una mancha en mi nombre. No llores, pero se consolada, porque el único delito que tu hijo ha cometido es la defensa de una causa sagrada—la independencia de su país. Por esto estoy voy a ser ejecutado. No tengo dinero porque nada he guardado. Te dejo sin fortuna, pero Dios te ayudará y a mis hijos, que están orgullosos de tener mi nombre.* *
"Dirige a mis hijos y a mis hermanos en el camino del honor, para el andamio no puede contaminar nombres leales.
"Adiós, querida madre. Recibiré tus bendiciones de la tumba. Abraza a mi buen tío Luis de mi parte y a Tecla, Lupe e Isabel; también a mi tocayo, y a Carmelita, Cholita y Manuelita; dales muchos besos y el adiós desde lo profundo de mi alma. Le dejo al primero mi reloj de plata dorada; a Manuel le dejo cuatro trajes de ropa. Muchas bendiciones para mis tíos, tías, primos y amigos leales y recibe el último adiós de tu hijo obediente y fiel, que te ama mucho.
"Sra. Mercedes Ruiz de Castañeda.
"Postdata.—Si las cosas cambian en el futuro—y es posible que puedan— deseo que mis cenizas reposen al lado de mis hijos, en tu pueblo. "
Las cosas cambiaron de hecho; y los restos de Arteaga y Salazar fueron al Panteón en México y sepultados con gran pompa entre los muertos de la nación, poco tiempo antes de la visita del Sr. Seward a la República.
