quien estima su valor de mercado, y pone la cantidad en la boleta. De sus manos, pasa a la sala de ventas, donde es expuesto para la venta por un mes, en el precio fijado por el valuador. Si no se vende en esa suma durante el mes, es otra vez revalorizado, el precio se reduce, y nuevamente puesto en venta por un mes. y así sucesivamente durante cinco meses. Si al final del año a partir de su pérdida, o cinco meses desde su primera exposición para venta, aún permanece sin venderse, es ofrecido en subasta pública, y si es incapaz de conseguir tanto el interés como el préstamo, el valuador público debe rembolsar al Banco la cantidad del déficit, de su propia bolsa.
Si, por otro lado,—como es generalmente el caso—obtiene más que la cantidad que se debe al Banco, entonces el superávit se pone en depósito para crédito del grupo que obtuvo el préstamo, y permanece a su orden, o la de orden de "sus herederos, ejecutores, administradores y cesionarios," por cien años. Si no es reclamado dentro del Siglo, razonablemente se supone que el depositante ha muerto intestado, o se ha movido a alguna otra localidad, y el dinero pertenece al Banco. El aniversario centenal de la fundación el establecimiento está ahora casi mano a mano, y después de esto habrá muchas tales sumas perdidas anualmente.
Se llevan tres grupos de libros, es decir, los de "Contaduría," "Depósitos" y "Tesorería" y la boleta debe coincidir exactamente, y el artículo ser identificado a partir de cada uno, antes de que se puede dar o desecharse. La suma más pequeña prestada es un dólar, y los mayores cuatro mil dólares; pero ahora se pretende cambiar la ley con el fin de admitir préstamos realizados de hasta 10 mil dólares. No se dan préstamos sobre bienes raíces o cualquier tipo de mercancías no depositados en las bóvedas. Las
