y pasteles de todo hacían un comercio activo. Se dice robo de carteristas es una de las características principal el festival anual de Guadalupe, y muchos de mis amigos han sido robados allí de la manera más hábil; pero nuestro grupo no sufrió ninguna tal depredación, y ninguno de nosotros hasta donde sé, estuvo en riesgo de gran pérdida ese día.
Todo este festival me recordó de la peregrinación anual de la gente común a los santuarios paganos de la India, en algunas de sus características; sin embargo, hubo una evidentemente seria convicción religiosa y en los modales de todos los adoradores, que les debe dar el respeto de incluso de quienes más objetan y se burlan de su forma de fe. La gran masa de creyentes en toda fe en el mundo, son honesto y serios en sus convicciones, y estos simples adoradores en el Santuario de la Virgen de Guadalupe, tienen derecho al primer rango en esa lista. Si fe simple deberá justificar y hará al hombre entero, ellos, seguramente, tendrán menos miedo y más esperanza en el futuro de la vida, que la mayoría de quienes pretendemos tener más ilustrados opiniones sobre temas religiosos.
De regreso a casa, pasamos por el antiguo Palacio de la Inquisición, una institución que se nutrió en todo su vigor y pureza en el virreinato de México en sus primeros días. Un gran, sombrío montón de arquitectura vieja, con reminiscencias de indecibles horrores y crueldades, indescriptibles, aferrándose a cada piedra en sus paredes masivas. Fue confiscado y puesto a mejores usos hace mucho tiempo. Frente a ella está la ruinosa antigua Iglesia de Santo Domingo, y a su lado, la pequeña plaza en la que los franceses bajo el Imperio, utilizado para asesinar a sus prisioneros de Guerra al amanecer; todavía hay marcas de balas en la pared