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UN EXILIADO DE CALIFORNIA.

entre los dos Imperios, y que el Tío Freddy estaba tratando de prejuiciarla contra la realeza, y a su favor.

Esto ultimo rompió la espalda del camello Imperial, y Norton Primero, emitió una orden perentoria al General McDowell, para el arresto y ejecución del Tío Freddy, agregando, que si la orden era ignorada como otras habían sido, el saldría, espada en mano, a sofocar la rebelión sumariamente. Los bromistas que habían estado haciendo la broma, al ver que las cosas habían llegado un punto peligroso, y probablemente seguiría derramamiento de sangre, consultaron, y decidieron inducir al Tío Freddy a emigrar, inmediatamente, a Nueva York. Por el camino en la costa, el vapor en que Tío Freddy era pasajero, tocó en Acapulco, y el venerable representante del padre de su país, pidió al Señor Mancillas, ahora del Congreso mexicano, que también era pasajero, que le presentara al General Juan Alvarez, entonces al mando del puerto de Acapulco, y Gobernador del estado de Guerrero. Mancillas sin pensarlo lo hizo, y el tipo viejo de inmediato se hizo muy conocido con las autoridades en la costa.

Cuando llegó el tiempo para que vapor saliera, Mancillas fue a dar sus respetos y decir adiós al General Alvarez, y cual no fue su sorpresa de encontrar al Tío Freddy instalado en la casa con toda pompa al padre de su patria, de hecho, e invitado de importancia nacional. Había informado al viejo galante General republicano, que había prestado servicios distinguidos a México durante la Guerra de 1846-7, a la que él se opuso con todo su poder, y éxito final. El General desde luego le dijo que era bienvenida en el