Broadway, Nueva York, todavía lamentándose amargamente de la oportunidad perdida, como el hombre que se le pide que "excuse" a una dama a quien le había hecho la pregunta, la disculpó, y al decirle a sus amigos, que lamentaba haberlo hecho, hasta el fin de su existencia.
Muchos extranjeros están inclinados a mirar las muchas ofertas de hospitalidad de parte de la gente española americana, como absolutamente insincera, y hecho con una anticipada expectativa de que ellos nunca serian aceptados. Este punto de vista, sin embargo, es muy amplio e incluyente. Como regla general, la gente de México es verdaderamente hospitalaria en la más amplia aceptación del término, y extranjeros son bienvenidos y atendidos con placer; pero esto es, desde luego, esperando que utilizarán razón, y mostraran algún sentido de delicadeza; y una mera traducción arbitraria de las expresiones utilizadas sería injusta, como poner palabras en la de boca del anfitrión o anfitriona que nunca pensaron utilizar.
Está bastante de moda que extranjeros de toda clase, que denuncien a los mexicanos como ladrones y canallas, falsos, traicioneros, cobardes, no fiables, y sin una sola característica redentora. No diré que los mexicanos son una nación de Ángeles y Santos; tienen su virtudes y sus defectos como todas las demás naciones. Pero que son más deshonestos, o más dados a vergonzoso peculado y estafa que muchos de los extranjeros con quienes han tenido que negociar, no lo puedo creer. Hay algunas excepciones más notables entre los residentes extranjeros de México, pero es sin embargo el hecho, que muchos de ellos tienen solo una posición indiferente en su propio país, vinieron a México a hacerse ricos "a las buenas o a las malas," y no tienen escrúpulos digno de mención en cuanto a cómo ellos obtienen