me cabe duda, que estaban a la par con ellos en civilización e inteligencia.
En la siguiente sala vimos la idéntica bandera real de España, que Cortés desenvolvió ante los asombrados ojos y felices de los emisarios tlaxcaltecas en San Juan de Ulúa, y que, después de la conquista de México; presentó a la Ciudad de Tlaxcala en reconocimiento de los eminentes servicios prestados por los tlaxcaltecas, en el derrocamiento del antiguo Imperio Azteca. Y aunque han pasado trescientos cuarenta años desde que se desplegó en la costa de México, está casi perfecta el día de hoy. Tiene unos nueve o diez pies de largo, y seis de ancho, de diseño tipo "cola de golondrina". El material es rico, pesado, seda brocada, originalmente de color "marrón" claro o posiblemente "cenizas de rosas", y no muy descolorida. Los cordones y borlas y las puntas de la bandera están un poco usadas y desgastadas, pero no mal. El emblema tiene bordado el escudo real de armas, los dos castillos, y dos leones en movimiento, bordados en rojo, sobre seda amarilla, y cosido en la esquina superior derecha de la bandera. La punta de lanza de hierro con el monograma de los soberanos de España en el centro, una vez dorado, y el asta roto en el que se llevó a la bandera, aún está ahí. Se ha ofrecido mucho dinero para llevar esta antigua bandera de vuelta a España, pero la Ciudad de Tlaxcala se ha negado constantemente a darla a cualquier precio..
Luego nos mostraron numerosas banderas antiguas, incluyendo aquellas de la antigua Ciudad y República de Tlaxcala, antes de la conquista española, muy rudas y curiosas, y numerosos manuscritos de gran antigüedad e interés. Uno de estos viejos manuscritos iluminados, es una traducción autenticada del documento indio original,
