dada por el Gobernador de Puebla, Excelentísimo Señor Don Ignacio Romero y Vargas. En el banquete el Sr. Seward se excusó de hacer un discurso largo en respuesta a los brindis en su honor, basado en que ya había dicho lo suficiente como para transmitir plenamente sus ideas de los asuntos y cosas en México desde que desembarcó en Manzanillo, y no querían impresionar a sus compatriotas con la idea de que se estaba convirtiendo excesivamente en charlatán y locuaz. Dijo de México:
"La temporada de sus calamidades ha terminado; México todavía es joven, ambicioso y esperanzad. Posee todos los elementos materiales y morales de grandeza nacional. Todo lo que su gente quiere es descanso y paz, por cinco, diez, veinte o cincuenta años; cuanto más tiempo mejor; y ahora puede tomar el camino que lleva a la prosperidad y poder entre las Naciones. Por esta razón, cuando le diga adiós a México en Veracruz, arrancaré la inscripción, "Descanse en paz" de su aplicación habitual a los muertos, y la utilizaré con toda la inspiración de esperanza, afecto, y gratitud, como una invocación de una bendición sobre la vida, "¡México Descansa en Paz!"
La ignorancia estúpida los muchos buscadores detrás tesoro que se supone que fue enterrado en los Estados Unidos por el famoso Capitán, cuyo "nombre era Robert Kidd, cuando navegué, cuando navegaba," y los expediciones californianas en búsqueda del Tesoro pirata enterrado en la isla de Cocos, tiene su paralelo en los buscadores de tesoros enterrados de México hoy día. En todo el país prevalece la impresión, de que los jesuitas, cuando fueron expulsados de repente de México por el Gobierno español, enterraron, o de alguna manera ocultaron millones de