En esas ocasiones a los aficionados generalmente se les permite un acompañante, que es conocedor de las cosas del ruedo y le llaman un "padrino". El padrino dirige al aficionado en cómo llevar la corrida y, de hecho, actúa como su chaperon y amigo próximo a lo largo. Nuestra amistad fue forzada por la multitud a la corrida contra su voluntad; pero le dejaré a él decirlo como nos lo dijo a nosotros:
"Dije, 'No, no, el toro no me ha hecho ningúna ofensa; ¿por qué debo luchar con el? Pero todos dijeron, 'eres un joven valiente, y quieres hacer tu camino en el mundo, y ser popular con las damas; es mejor empezar ahora que tienes tan buen momento, y luchar contra el toro'. Entonces les dejo poner mi nombre en los anuncios. Bueno, no me gustó mucho este asunto para nada, pero no me pude salir de ella, por lo que me mantuvieron. Cuando lleguó el día, fui con mi padrino, y me dije a mi mismo cuando vea al toro, 'me voy a ir más al otro lado y dejaré a los la lucha.' Pero después de un tiempo el público empezó a emocionarse, y a animarme, comenzaron a lanzar naranjas y esas pequeñeces a mi muy animados. Entonces mi padrino viene a mí y dice:
'¡Mira tu; esto no te hará muy bien para nada! ¡Si no luchas al toro habrá problema, y es mejor que no te deshonres a ti mismo!'
"Así que le dije, voy a luchar el toro pronto para esquivar con mi cabeza todo el tiempo los plátanos y naranjas que me arroja el publico. Miró a mí y silla dijo:
'El cincho está flojo, y es mejor que te bajes y me dejes apretarlo antes de ir a la lucha.'
"Así que me bajé y estaba al lado de mi Caballo viéndolo ceñirlo más apretado. Esta vez estaba