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Cuentos y narraciones

yo iré en su auxilio y yo transformaré en cualidades sus defectos y sus vicios. Yo le protegeré para que no se aparte del camino de la Verdad. Yo inclinaré su alma á la compasión. Yo le enseñaré á ser misericordioso con cl débil.

» Y la frente del Todopoderoso se iluminó y brilló en su rostro la clemencia. La unión maravillosa del cielo y de la tierra fué y engendrá á un ser hecho á su imagen y semejanza.

—»¡ Vive! dijo el Todopoderoso, animándole con su soplo y sabe que eres hijo de la Misericordía...

II

»Había una vez un hombre que tenía un jardín en el cual se daban frutas maravillosas. Hizo que custodiasen la puerta dos servidores suyos, uno de los cuales era cojo y otro ciego. «Estoy seguro se dijo, de que no dejarán entrar á nadie y de que tampoco se comerán las frutas. Y regresó tranquilo á su casa.

»Pero cuando llegó la noche, la luna y las estrellas que en el ciclo resplandecían, hicieron que la hermosura de las frutas del jardin adquiriese mayores encantos. Y el cojo le dijo al ciego:

—»¡Qué hermosas son, las frutas de nuestro amo!

—Cógelas y las probaremos, balbuccó el ciego.

—»¡No puedo! suspiró el cojo, pero si quieres que me suba encima de ti, podré llegar al árbol; cogerő algunas frutas, comeré de ellas y te daré tu parle.

Aceptó el ciego la proposición y se logró el deseo de ambos.

Por la mañana llegó el amo. Los guardianes estaban en su puesto; pero faltaba gran cantidad de fruta.