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por lo tanto su espíritu, su lnfluencla, sus aspiraclones, au nobleza, sus sacrificios.

No son novelas, no, ni tienen la apariencia de dales, aunque su lectura absorba y apasione. No son, pero serán; pues para ello bastará <diluirlos».

De cada uno de esos trabajos saldrá más tarde, no dudarlo, una novela, pues los que escriben hallarán en ellos la armazón admirablemente construida de otros tantos romances históricos que invitan a ser desarorllados con amplitud. Por otra parte, es lo que ya se ha ensayado públicamente.

Pero dejemos este orden de consideracions que podría llevarnos demasiado lejos, y perniitasenos agregar tan sólo algunas palabras respecto de las diversas monografias que vienen á reunirse y & mostrar por primera vez su conjunto armónico en este pequeño libro.

Comenzaremos por el caluroso e interesantísimo trabajo titulado Las cuentas del gran capitán, escrito con motivo del centenario del general San Martin, y que no habrán podido olvidar quienes antes de abora la leyeron.

Es una admirable demostración, el alegato más elocuente y persuasivo de la ejemplar honradex que caracterizaba al gran capitán argentino, y en sus páginas vibra algo más que una convicciónvibra un entusiasmo ardiente y santo, contagioso como el de una dlana, triunfal. De entre esas frases palidas y varoniles surge resplandeciente la figura del Libertador, envuelta en una nueva apoteosis de gloria, de gloria pura y sin celajes. La modestísima vida de quien 4 su albedrío podía manejar como proplo patrimonio la fortuna pública de países ricos y desorganizados por la guerra, la sencillez espartana del ehijo barato, del héroe baratos, elevan aún su acción, pues se ve hasta la evidencin que aquel que fuera en muy tristes é ingratos días «el gran proscrlpto de ultratumbas, desdeñaba la grandeza que no fuese imperecedera & impersonal, tenía en menos la aparente y momentánea grandeza propia, sacrificándola gustoso en aras de la de América toda, de la del continente a que dio Ilbertad, sin tomar siquiera en cuenta que luego tendría que reflejaree también en su memoria veneranda... Se les con profunda emoción esa página al proplo tiempo épica y dolorosa, y cuando se ve á San