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“—Hacer mover al punto de encaje —dijo don Juan—, es la culminación de lo que busca el guerrero. De ahí en adelante es otra búsqueda; es la búsqueda del vidente propiamente dicho.

Repitió que en el camino del guerrero, el mover el punto de encaje lo es todo...

Dijo que los guerreros son diferentes porque mueven a sus puntos de encaje lo suficiente para darse cuenta del tremendo precio que se ha pagado por sus vidas. Este movimiento les da el respeto y el terror reverente que sus padres jamás sintieron por la vida en general, o por el estar vivo en particular....” C.C.

EL LEVANTÓN DE LA TIERRA

De acuerdo a la milenaria tradición tolteca del Anáhuac, la Tierra es un ser vivo. Todavía en la actualidad los indígenas y los campesinos siguen teniendo prácticas y rituales de ofrecimiento y agradecimiento a la Tierra. Esto marca una diferencia en el concepto occidental de que la Tierra es un objeto que se debe poseer, dominar, modificar, transformar y explotar.

Los pueblos herederos del México profundo, del que nos habla Bonfil Batalla, guardan de manera sincrética, a veces clara, el recuerdo de que la Tierra es un ser vivo al que se le ama, se le cuida y se le agradece. Tlaltecuhtli representaba la deidad de la Tierra y era una figura fundamental en la cosmogonía y religión del Anáhuac.

Desde la antigüedad los toltecas, al "ver", comprendieron que la Tierra era un ser vivo, que está constituido, igual que el ser humano, de las emanaciones del Águila. La Tierra también tiene un capullo luminoso, es un inmenso ser consciente sujeto a las mismas fuerzas que los seres humanos.

En el libro del Viaje a Ixtlán Don Juan dice que en el camino del guerrero no puede haber soledad ni tristeza, pues éstas no existen cuando el guerrero aprende a amar a la Tierra. La manera de entrar en emanaciones con la Tierra es el silencio interno y la Tierra puede darnos lo que Don Juan llama "un levantón" para alinear otras bandas de emanaciones.

La llave mágica que abre las puertas de la tierra está hecha de silencio interno y de cualquier cosa que brille...

Explicó que lo que llamaba la llave de todo era el conocimiento directo de que la tierra es un ser consciente, y que como tal puede darle a los guerreros un tremendo levantón; es decir, un impulso proveniente de la conciencia de la tierra, en el instante en el que las emanaciones interiores del capullo de los guerreros se alinean con las emanaciones apropiadas del interior del capullo de la tierra. Puesto que tanto la tierra como el hombre son seres conscientes, sus emanaciones coinciden, o más bien, la tierra contiene todas las emanaciones presentes en el hombre, o para el caso, todas las emanaciones presentes en todos los seres vivientes, orgánicos o inorgánicos. Cuando tiene lugar un momento de alineamiento, los seres vivientes usan ese alineamiento de manera limitada, y perciben su mundo. Como todos los demás, los guerreros pueden usar ese alineamiento ya sea para percibir, o como un levantón que les permite entrar a mundos inimaginables...

—Un nagual jamás le deja saber a nadie que él controla todo —me dijo—. Un nagual va y viene sin dejar huella. Esa libertad es lo que lo hace nagual...

la posición del punto de encaje lo es todo, y que el mundo que nos hace percibir, sea el que fuera, es tan real que no deja lugar para nada, excepto para esa realidad...” C.C.

LA FUERZA RODANTE

Cuando Castaneda tuvo su primer breve encuentro con las emanaciones del Águila, vio unas "bolas" que le golpeaban; se trataba de "la fuerza rodante o tumbadora".

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