Página:Pensamientos (Rousseau) - Tomo II.djvu/148

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diendo la voz del poder al impulso físico, y el derecho al apetito, el hombre, que hasta aquella época no habia mirado mas que á sí mismo, se vió forzado á obrar por otros principios, y á consultar su razon ántes de escuchar á sus inclinaciones. Aunque se prive en este estado de muchas ventajas que posee de la naturaleza, reporta otras tan grandes, se ejercen y desenvuelven sus facultades, se ejercen y desenvuelven sus facultades, se estienden sus ideas, se ennoblecen sus sentimientos, y su alma entera se eleva á tal punto, que si los abusos de esta nueva condicion no la degradasen muchas veces hasta hacerla inferior á aquella de que ha salido, deberia bendecir sin cesar el feliz instante que le arrancó de ella para siempre, y que, de un animal estúpido y limitado, hizo un ser inteligente, un hombre.

¿Donde se halla el hombre honrado que nada debe á su pais? Cualquiera que sea, le debe lo que hay de mas precioso para el hombre, la moralidad de sus acciones y el amor de la virtud. Nacido en lo interior de un bosque, hubiera vivido mas feliz, mas libre; pero no teniendo nada con que luchar para seguir sus inclinaciones, hubiera sido bueno sin mérito, no hubiera sido virtuoso; y ahora