único yerro que se le puede imputar, es haberla abrazado; pero demasiadas veces un estravío de juventud decide de la suerte de la vida; y cuando uno se siente con un verdadero talento, ¿quien puede resistirse á su atractivo? Los grandes actores llevan consigo mismos su escusa; á los malos es á los que es menester despreciar.
Toda música no puede componerse sino de estas tres cosas: melodía ó canto, armonía ó acompañamiento, movimiento ó compas.
La armonía no es mas que un accesorio lejano en la música imitativa. No hay en la armonía, propiamente tal, ningun principio de imitacion: ella es verdad que asegura las entonaciones, testifica de su exactitud; y haciendo mas sensibles las modulaciones, añade energía á la espresion y gracia al canto; pero de la sola melodía es de donde sale esta potencia invencible de los acentos apasionados: de ella deriva todo el poder de la música sobre nuestra alma. Formemos las mas sabias series