que en el servicio no se haya olvidado á nadie: el dueño de la casa, dando la vuelta, habrá podido olvidar á alguna persona, pero la muger adivina lo que se mira con gusto, y lo ofrece; y hablando con el que tiene á su lado, tiene la vista al fin de la mesa: distingue quien no come porque no tiene hambre, del que no se atreve á servirse ó pedir, por ser poco esperto ó tímido. Al levantarse de la mesa, cada uno cree que no ha cuidado mas que de él solo: todos piensan que no ha tenido tiempo para comer un solo bocado; pero la verdad es que ha comido mas que nadie. Cuando todo el mundo se ha ido, se habla de lo que ha pasado: el hombre cuenta lo que se le ha hablado, y lo que han dicho y hecho aquellos con quienes ha conversado. Si sobre esto no es siempre la muger la mas exacta, en desquite ella ha visto lo que se ha dicho en secreto al otro estremo de la sala: sabe lo que alguno ha pensado, á que se dirigía tal proposicion ó tal gesto; y apénas se ha hecho un movimiento espresivo al cual no haya dado una pronta interpretacion, y casi siempre conforme á la verdad.
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Apariencia