Raramente se vé á los que meditan mucho darse demasiado al juego, que suspende este hábito ó le convierte sobre áridas combinaciones; asi pues, uno de los bienes, y quizá el único que ha producido el gusto de las ciencias, es amortiguar un poco esta sórdida pasion: mejor querria uno ejercitarse en probar la utilidad del juego, que entregarse á él.
Toda casa bien arreglada es la imágen del alma del dueño. Los techos dorados, el lujo y la magnificencia no anuncian otra cosa que la vanidad del que los ostenta, en vez de que en todas partes donde veamos reinar el órden sin tristeza, la paz sin esclavitud, la abundancia sin profusion, digamos con confianza: Un ser dichoso es el que manda aquí.
Un padre de familia que vive con gusto en su casa ó hacienda, tiene por premio de los cuidados que se toma por ella el goce continuo de los mas dulces sentimientos de la naturaleza. Solo entre todos los mortales es