los indicios de la paz del alma, y la esperanza de doradas aspiraciones.
Rendis culto al trabajo, y el trabajo os recompensa haciéndoos buenos padres, buenos hijos, buenos esposos y buenos hermanos. Proseguid con constancia esta tarea, vuestro es el porvenir, que Dios ha de ayudaros.
Gravad en vuestro corazon y gravad en el de vuestros hijos, la gratitud que mereceis, á esta honrada familia, predilecta de Dios: guardad por ellos, el respeto que á todos nos infunde su moral ejemplo, ellos son destinados por la providencia, para ser la felicidad de este pueblo; y este pueblo agradecido, los colma de bendiciones y su memoria ha de ser imperecedera, porque sus obras son inmortales como emanacion del mas puro afecto de sus corazones.
Bendecidlos, hijos mios, como yo los bendigo, y no olvideis jamás lo que ellos nos han enseñado, que: el trabajo regenera las almas, y santifica al hombre.