componen con las nuevas luces que les dió, un cuerpo de doctrina de lo mejor que conoció el paganísmo. Sus grandes pensamientos y sublíme genio le grangearon el sobrenombre de divino, y no se detuvo Cicerón en compararle á Homero y Demósthenes, respetándole como á su maestro y su Dios, hasta llegar á decir que mas queria engañarse con Platón, que pensar bien con los otros.
Algunos Padres de la Iglesia le miraron con gran veneracion, y las sublímes verdades que se encierran en sus escritos y formaron tan grandes filósofos, tuviéron bastante fuerza para arrancar de la docta pluma de San Agustin, hablando de estos, aquella fuerte hipérbole, que en mudando algunas proposiciones y unos pocos términos se convertirian en hombres christianos. Es cierto que otros Padres, en especial San Juan Chrisóstomo, hiciéron contra él terribles invectivas; pero esta oposicion de pareceres debe atribuirse á los dos modos que se consideraba la filosofia de Platón. Los filósofos christianos la miraban como la doctrina que conducia naturalmente á la religion christiana.