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Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/177

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Hesiodo, Homero y los otros poetas nos han vendido. Porque los poetas así los de ahora, como los de tiempos pasados, no tienen otro oficio que divertir al género humano con mentirosas fábulas. Adim. Qué fábulas vuelvo á decir? y qué encontrais en ellas de reprehensible? Soc. Yo reprehendo lo que en efecto y sobre todo merece ser reprehendido en esta especie de mentiras, en especial quando pecan contra la verosimilitud. Adim. Pero qué es esto? Soc. Es decir, quando se nos presentan los dioses y los héroes diferentemente de lo que ellos son: como quando un pintor hace retratos que no son parecidos. Adimant. Yo convengo en que esto es digno de reprehenderse; pero esta reprehension en qué conviene á los poetas? Soc. Primeramente, no es una mentira de las mas enormes y de la mayor conseqüencia aquella de Hesiodo, en las acciones que refiere de Urano, y la venganza que tomó Saturno, en el mal trato que éste dió á Júpiter, y en lo que tuvo él que sufrir de su hijo? Y aun quando todo esto fuese verdad, no son cosas éstas para decirse delante de niños desproveídos de razon, sino mas bien para enterrarlas en el silencio. Y si tuviese alguno precision de hablar, no debe hacerlo sino en secreto y á presencia de muy pocos jóvenes, despues de haberles hecho sacrificar, no un puerco, sino una víctima mas preciosa y mas rara (28), de la que muy pocas personas hayan oído hablar. Adim. Sin duda, que semejantes discursos son muy