Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/184

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hermosa que la suya? Adim. Esto es Imposible. Soc. Luego es tambien imposible que Dios quiera mudarse; sino que siendo, como parece, hermoso y bueno de su naturaleza hasta no mas, conserva siempre la forma que le es propia (36). Adim. Paréceme que la cosa no puede ser de Otro modo. Soc. Que á ningun poeta pues, varon ilustre, se le acuerde el decirnos, que los dioses, á manera de peregrinos, andan de ciudad en dudad, disfrazados de formas extrañas: ni encajarnos mentiras con motivo de las metamórfoses de Proteo (37) y de Thetis (38): ni que en la tragedia, ó en qualquier otro poema se nos represente á Juno baxo la figura de una sacerdotisa, recibiendo regalos por los hijos del rio Inaco de Argos (39), á quienes habia dado vida: ni que se nos cuenten otras muchas semejantes falsedades. Ni que las madres, llenas de estas ficciones poéticas, amedrenten á sus hijos, haciéndoles creer intempestivamente tan vanas fábulas, como que ciertos dioses andan por la noche á todas partes, disfrazados en varios trages de viandantes y pasageros; porque esto es blasfemar contra los dioses, y hacer á un tiempo á los hijos cobardes y tímidos. Adim. Que se guarden muy bien de hacer ninguna cosa de éstas. Soc. Pero acaso los dioses no pudiendo mudar de figura, pueden á lo ménos alucinar nuestros sentidos por prestigios y encantamentos, de modo que nos parezca que los vemos baxo de varias formas? Adim. Esto pudiera ser. Soc. Pues