de dos modos salen de nuestro ánimo, ó de grado ó por fuerza. Renunciamos de buena voluntad las opiniones falsas, quando se nos desengaña : y abandonamos á pesar nuestro las que son verdaderas. Glauc. Comprehendo muy bien el primer modo: pero no alcanzo el segundo. Soc. Pues qué ? no concebis vos que los hombres se privan del bien con repugnancia, y con gusto del mal? Por ventura , no es un mal apartarse de la verdad , y un bien encontrarla ? Y á dicha no es encontrar la verdad, tener una opinion justa de cada cosa ? Glauc. Vos teneis razon. Yo concibo que los hombres á pesar suyo renuncian las opiniones verdaderas. Soc. Pero este mal no puede acaecerles sino por sorpresa , ó por embahucamiento , ó por violencia. Glauc. No os entiendo. Soc. Yo debo valerme de expresiones extraordinarias. Digo pues, que por renunciar alguno por sorpresa la opinion , entiendo la disuasion y el olvido. Este es obra del tiempo, aquella de las razones que insensiblemente se introducen en lugar de las nuestras. Me entendeis ahora? Glauc. Si. Soc. Por la violencia entiendo el tormento y el dolor que obligan á algunos á mudar de opinion. Glauc. Comprehendo esto y vos teneis razon. Soc. Por el embahucamiento , creo yo, y sin trabajo entendereis vos , que son aquellos que mudan de opinion , ó seducidos por el atractivo del placer , ó por el temor de algun mal. Glauc. En efecto que puede mirarse como un encanto quanto nos hace ilusion. Soc. Á
Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/239
Apariencia